viernes, 22 de mayo de 2009

Cualquiera puede ser ludópata


Ante la disponibilidad de juegos de azar y casas de apuestas, cualquier persona puede ser ludópata, sin saberlo.
El sicoterapeuta de la UAS, Ulises Armenta López, mencionó que la preocupación constante, irritabilidad, intranquilidad, depresión, olvidarse de comer, consumir alcohol o drogas, pueden ser señales de que una persona es adicta a los juegos y apuestas.
"A lo mejor empieza por curiosidad, pero luego se va convirtiendo en un hábito, adicción, vicio, que en término último lleva a perder casas, carros, la fortuna familiar, hipotecado, robado, para jugar", resaltó.
"Una persona adicta en el plano patológico, puede convertirse en un delincuente, robar, asaltar, endeudarse, endeudar a la familia, y podría estar comparado incluso con situaciones de adicciones, como el alcoholismo, drogas, y en ocasiones puede llevar hasta la muerte".
El coordinador de Planeación de la Facultad de Sicología de la UAS con doctorado en Sicoterapia, añadió que la ludopatía no tiene clases sociales, de allí que a los casinos acudan por igual trabajadores con el cheque de la quincena y personas de clases adineradas, que a través del juego escapan de la realidad, buscan hacer dinero fácil, aun a costa de descuidar su vida personal y familiar.
El sacerdote Luis Felipe Cabrera mencionó que la adicción al juego, a la que también han incursionado mujeres, es factor de desintegración familiar, pérdida de empleos, delincuencia, de allí que se debe analizar la pertinencia de centros de apuestas y la implementación de estrategias que permitan atender la problemática generada.
"Yo creo que lo que han dejado ver hasta el momento estos sitios es a una sociedad con carencia de valores, a la que le estamos dando pretextos para seguir deformando los intereses reales, que es la propia familia".
Insistió en que sin querer negar la existencia de dichos sitios, es importante es proteger a las familias.
noroeste.com

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